El 15 de enero se conmemora la Batalla Por Lima, y si bien esta fecha nos produce sentimientos encontrados, por ser la batalla más importante que el Perú haya librado en toda su historia. Hoy hablaremos de algo que nos llenas de orgullo.
De esta memorable gesta quería que recordemos una acción en particular, la carga de la Brigada Naval.
Esta Brigada estaba conformada por las dotaciones de marinos de los buques de la restante escuadra nacional y otro grupo eran marinos que habían cruzado desde Iquitos para ir a defender a su patria de la invasión chilena, sumando a todos ellos no llegaban a ser medio millar de marinos.
Estos guerreros armados diferente que el resto de batallones empuñaban sables y hachas de abordaje y colgadas en sus espaldas portaban carabinas Remington cal .50, rudos por donde se los mire, broceados por sus largas faenas de navegación, eran la elite de nuestro improvisado ejercito. Eran comandados por el Capitán de Navío Juan Fannig.
Fanning, un hombre de combate y con una experiencia sin igual ganada navegando en el río Amazonas y peleando en ceja de selva en San Ramón y La Merced tenía esa gran marca del hombre imbatible, que se ganan los hombres que conquistan la selva.
Es polémico, el inicio de la batalla por que las fuerzas estaban en un cese del fuego pactado cuando se desato un tiroteo generalizado en toda la línea.
El entonces Coronel Cáceres, a cargo del Reducto numero 1 organizo rápidamente un ataque sobre las fuerzas chilenas que estaban desorganizadas. Dicho ataque fue secundado por el Batallón de Marina comandado por Fanning.
Los Navales atacaron la línea chilena con una carga de más de 2000 metros blandiendo sus sables y hachas desalojando a los chilenos de sus posiciones dejando su artillería y bagajes. Fue tan rápida la acción que Cáceres no pudo apoyar directamente a Fanning.
Fanning no recibió refuerzos y Cáceres le ordenó que retroceda, pero este hombre forjado en la selva, no pensaba dejar su posición como nunca lo había hecho, contestándole a Cáceres una frase que haría historia, “MARINA NO RETROCEDE”.
Pasaron las horas y sin refuerzos, ni municiones estos bravos hombre cayeron uno a uno bajo el fuego de la artillería chilena ya que la infantería chilena no se atrevía acercárseles por mas que sus oficiales revolver en mano los obligaban. Estos bravos se ganaron su lugar en la gloria sin entregar un centímetro de posición.
Para mayor información sobre este evento les recomiendo este enlace:
http://www.marina.mil.pe/historia/biografias/juan_fanning.htm
De esta memorable gesta quería que recordemos una acción en particular, la carga de la Brigada Naval.
Esta Brigada estaba conformada por las dotaciones de marinos de los buques de la restante escuadra nacional y otro grupo eran marinos que habían cruzado desde Iquitos para ir a defender a su patria de la invasión chilena, sumando a todos ellos no llegaban a ser medio millar de marinos.
Estos guerreros armados diferente que el resto de batallones empuñaban sables y hachas de abordaje y colgadas en sus espaldas portaban carabinas Remington cal .50, rudos por donde se los mire, broceados por sus largas faenas de navegación, eran la elite de nuestro improvisado ejercito. Eran comandados por el Capitán de Navío Juan Fannig.
Fanning, un hombre de combate y con una experiencia sin igual ganada navegando en el río Amazonas y peleando en ceja de selva en San Ramón y La Merced tenía esa gran marca del hombre imbatible, que se ganan los hombres que conquistan la selva.
Es polémico, el inicio de la batalla por que las fuerzas estaban en un cese del fuego pactado cuando se desato un tiroteo generalizado en toda la línea.
El entonces Coronel Cáceres, a cargo del Reducto numero 1 organizo rápidamente un ataque sobre las fuerzas chilenas que estaban desorganizadas. Dicho ataque fue secundado por el Batallón de Marina comandado por Fanning.
Los Navales atacaron la línea chilena con una carga de más de 2000 metros blandiendo sus sables y hachas desalojando a los chilenos de sus posiciones dejando su artillería y bagajes. Fue tan rápida la acción que Cáceres no pudo apoyar directamente a Fanning.
Fanning no recibió refuerzos y Cáceres le ordenó que retroceda, pero este hombre forjado en la selva, no pensaba dejar su posición como nunca lo había hecho, contestándole a Cáceres una frase que haría historia, “MARINA NO RETROCEDE”.
Pasaron las horas y sin refuerzos, ni municiones estos bravos hombre cayeron uno a uno bajo el fuego de la artillería chilena ya que la infantería chilena no se atrevía acercárseles por mas que sus oficiales revolver en mano los obligaban. Estos bravos se ganaron su lugar en la gloria sin entregar un centímetro de posición.
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